“Quiero que mi hijo coma sano y se atreva con frutas, verduras, texturas de alimentos algo más peculiares…” – Los deseos para nuestros hijos y la alimentación se suceden como la gran lista de regalos para los Reyes Magos. Y es que el momento de la comida puede ser todo un manjar o una gran pesadilla cuando hablamos de niños pequeños y nutrientes sanos.
¿Sabes cómo puede cambiar la historia si implicas a tus pequeños en la cocina? Que sean ellos mismos quienes escojan los productos habiendo seleccionado una receta, prepararlos para cocinarlos y ayudarles a que ellos mismos elaboren los platos, hace que se familiaricen, que experimenten, que utilicen todos sus sentidos y que el rechazo a lo desconocido se convierta en disfrute y diversión aunque lleve la palabra “verdura”.
Muchos expertos en nutrición infantil coinciden en que nuestras preferencias por la comida se desarrollan en los primeros años de la vida, «por lo que ofrecer a nuestros hijos alternativas saludables desde la infancia puede ayudarles a tener una vida más sana en su edad adulta».
A continuación te detallamos los 10 beneficios que comprobarás al incluir a tus hijos en la cocina:
- Desarrollo de su capacidad de comunicación: al elaborar una receta los niños interactúan con los adultos, la tarea requiere de capacidad de comprensión, escucha y razonamiento.
- Mejora la confianza en ellos mismos: la tarea de cocinar siempre ha estado asociada al mundo adulto, por ello cuando los niños ayudan a preparar un plato, aunque estén supervisados por un adulto, van a sentirse orgullosos de su creación. Aumenta su confianza y se sienten parte de un equipo.
- Conocer los nutrientes de los alimentos: al cocinar con el apoyo de una mayor los niños van aprendiendo qué nutrientes les aporta cada alimento y cómo les beneficia, a la larga crearán su propio criterio para saber lo que les conviene comer.
- Prueban nuevas texturas: los niños tocan, y prueban nuevas texturas, están en contacto con alimentos crudos y así se familiarizan con ellos.
- Trabajo en equipo: cocinar en grupo, ya sea en una actividad extraescolar o en casa con los papás y/o mamás, hace que los niños entiendan que cada uno puede aportar y ayudar para conseguir un buen plato, el resultado final es gracias a la labor de todos.
- Asociar la cocina a la diversión: la actividad de cocinar se puede convertir en un momento divertido y entretenido, y esta buena experiencia hará que los niños asocien recuerdos positivos a la comida sana.
- Favorece la motricidad fina y gruesa: A través de uso de los utensilios de cocina los niños pueden desarrollar su motricidad fina y gruesa. Algo fundamental en las primeras etapas del crecimiento.
- Se atreven a probar nuevos alimentos: El hecho de que ellos elaboren sus recetas les ayudará a probar nuevos alimentos. Al manipularlos se sienten animados a probarlos. Es más fácil acercarse a lo conocido que a lo desconocido.
- Autonomía: Después de cocinar conjuntamente, los niños empiezan a desarrollar una autonomía que les ayudará a realizar tareas tan sencillas como una pelar una fruta o aliñar y condimentar un palto a diario.
- Desarrollar la creatividad: los niños son muy imaginativos y todas esas ideas y creatividad se pueden plasmar en la cocina, además de seguir la receta la capacidad de improvisar y poner un toque personas es divertido. Y si se puede decorar el plato, ¡cualquier dibujo es posible!
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